Francia
El cambio climático altera el ciclo del vino
El cambio climático ha alterado una de las etapas clave en la elaboración del vino en regiones de Francia y Suiza, lo que podría obligar a variar los tiempos y técnicas de producción, revela un estudio publicado por la revista Nature, informa Efe.
La investigación, desarrollada por el Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia (EE.UU.), presenta una prueba más de que el aumento de las temperaturas a nivel global está afectando a los sistemas biológicos y a la agricultura de una manera muy local.
Los autores recuerdan que varios factores influyen en la elaboración de buenos caldos, como la variedad de la uva, las prácticas de vendimia, la localización del viñedo o la calidad de la tierra y, por supuesto, el clima, cuyas variaciones de año a año tienen una gran incidencia.
En algunas regiones francesas y suizas, en especial aquellas con temperaturas relativamente más bajas que otras zonas vinícolas, los mejores años son los que disfrutan de primaveras de abundantes lluvias, seguidas por veranos excepcionalmente calurosos y de una última etapa de sequía.
Cuando se dan todas estas circunstancias, la uva madura más rápidamente y los agricultores tienen una cosecha temprana en zonas vinícolas tan reconocidas como Alsacia, Champaña, Borgoña o Languedoc.
No obstante, este estudio demuestra que el calentamiento global ha eliminado prácticamente de la citada ecuación la fase de la sequía, lo que ya ha provocado cambios en unas técnicas centenarias de elaboración del vino.
Los expertos explican que el tiempo de la vendimia lo marca la temperatura registrada en el año y su aumento en las últimas tres décadas ha adelantado progresivamente la fecha de las cosechas en todo el mundo, desde Australia y California hasta Sudamérica y Europa.
En Francia, donde se efectúan registros desde hace 400 años, se sabe que la vendimia se ha adelantado en dos semanas desde la pasada década de los ochenta, apunta la investigación, que ha contado con la colaboración de la Universidad Estatal de Sonoma (California) y la de Harvard (Massachusetts).
A pesar del cambio climático, estas regiones más frías han seguido produciendo vinos de gran calidad con uvas de la variedad «Pinnot Noir» o «Chardonnay», pero si continúa subiendo el termómetro, podrían verse obligadas a recurrir al tipo de fruta usado en zonas más cálidas, a modificar sus técnicas tradicionales o, incluso, a trasladarse a otros viñedos.
«Aunque alguna gente todavía es escéptica respecto al cambio climático, nadie lo es en la industria vinícola. Todo el mundo cree en ello porque lo ven cada año. Está aquí, es real, no va a desaparecer», aseguró Liz Thach, de la Universidad Estatal de Sonoma.
Para este estudio, los científicos analizaron datos climatológicos del pasado y presente siglo, así como registros vinícolas tomados desde 1600, y constataron que en las citadas regiones de Francia y Suiza las vendimias tempranas siempre ocurrieron después de una temporada de temperaturas más altas de la media y de una última etapa de sequía.
En condiciones normales, la evaporación de la humedad desprendida por la tierra contribuye a enfriar la superficie del terreno, pero la sequía reduce esa condensación y provoca el calentamiento de la zona cultivada.
Hasta hace unos 30 años, los viñedos no alcanzaban la temperatura necesaria para conseguir una vendimia temprana sin la «ayuda» de la fase de sequía.
Desde entonces, el calentamiento global ha elevado las temperaturas veraniegas y ya no es necesario esperar hasta la última etapa de maduración de la uva para proceder a su recolección.
En toda Francia, por ejemplo, la temperatura ha subido en torno a 1,5 grados centígrados durante el siglo XX, una tendencia alcista, advierten, que se mantiene en el nuevo milenio.
De momento, las citadas regiones han continuado elaborando grandes vinos, puesto que «un buen año sigue siendo un año caluroso», destacó Elizabeth Wolkovich (Harvard).
Sin embargo, la autora recordó que 2003, el año de la vendimia más temprana jamás registrada (un mes antes), no produjo vinos excepcionales, «lo cual puede indicar hacia dónde nos dirigimos».
«Si las temperaturas siguen subiendo -agrega- los viñedos no serán capaces de soportarlo por siempre».
EFE
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