Medio Ambiente

La caza acorrala a los monos en uno de sus santuarios

Un ejemplar de primate en la isla de Bioko
Un ejemplar de primate en la isla de Biokolarazon

La caza con armas puede estar llevando a algunos de los primates endémicos más amenazados hacia la extinción en Bioko, una isla de Guinea Ecuatorial situada en el golfo de Guinea, a apenas 32 kilómetros de las costas de Camerún y considerada una joya de biodiversidad.

Así se desprende de un estudio realizado por investigadores del Programa de Protección de la Biodiversidad de Bioko, formado por el Colegio de las Artes y las Ciencias de la Universidad Drekel (Estados Unidos) y la Universidad Nacional de Guinea Ecuatorial y recogido por la agencia Servimedia.

El trabajo, publicado en la revista ‘Biological Conservation’, señala que a medida que aumenta la evidencia de la caza con armas, disminuye la abundancia de las especies de monos en Bioko, cuatro de las cuales son especialmente vulnerables e incapaces de adaptarse a la actividad cinegética. Además, indica que la carne de caza, incluida la de primates, ha aumentado notablemente en las dos últimas décadas en esta isla ecuatoguineana.

El primatólogo Drew Cronin señaló que, “ecológicamente, los primates son los principales dispersores de semillas para el mantenimiento de los bosques de Bioko” y que en esta isla ha habido “efectos ecológicos negativos en cascada y cambios a gran escala” debido a la caza. “Los monos de Bioko son un verdadero tesoro nacional: piense en la fauna icónica de Estados Unidos, como el bisonte o el águila calva, y la identidad nacional que esas especies prestan a la población”, dijo Cronin, quien añadió: “Los monos de Bioko son sus especies más carismáticas y pueden ser buques insignia para la conservación en el país”. Sin embargo, los investigadores señalan que el Gobierno de Guinea Ecuatorial no ha aplicado de manera efectiva la prohibición de la caza en la isla y las áreas previamente inaccesibles a los cazadores están más expuestas a estos a medida que se construyen carreteras. Por ejemplo, los científicos compromaron que la región de Belebú, accesible en vehículo, promediaba 2,89 señales de armas de caza por kilómetro (con muestras tan pequeñas como cartuchos gastados de escopeta o baterías desechadas, o tan grandes como campamentos de caza) y se avistaron 0,18 grupos de monos por kilómetro. Mientras, Ureca, que en el momento del estudio estaba a 22 kilómetros de la carretera más cercana, tenía 0,29 signos de armas de caza y 1,82 grupos de monos por kilómetro.

Los investigadores descubrieron el mono de orejas rojas (‘Cercopithecus erythrotis’) y el mono de nariz blanca (‘Cercopithecus nicitans’) eran algo tolerantes con la caza pesada, probablemetne por cambios en su comportamiento como una menor o cada vez más críptica vocalización. Sin embargo, otras cuatro especies de monos eran significativamente vulnerables a la caza pesada: el dril (‘Mandrillus leucophaeus’), el cercopiteco coronado de Grey (‘Cercopithecus pogonias’), el colobo negro (‘Colobus satanas’) y el colobo rojo de Pennant (‘Procolobus pennantii’). Por ejemplo, el colobo rojo de Pennant sólo puede prosperar en ciertos ambientes y es más vulnerables a los cazadores por su tamaño de cuerpo relativamente largo y por moverse en grupos de mayor tamaño. De hecho, la combinación de estos factores ha provocado que probablemente esta especie haya desaparecido de gran parte de la isla de Bioko. A la luz de los resultados de su estudio, los investigadores proponen dos vías para la conservación de primates en Bioko: a largo plazo, el desarrollo de un plan de gestión integral de la Reserva Científica de la Gran Caldera, lo que requiere de un compromiso gubernamental y financiero significativo, y, a corto plazo, colocar guardias forestales en las zonas especialmente conflictivas, una labor que podría ser desarrollada por militares. Los científicos recalcan que si el Gobierno ecuatoguineano no presta pronto la atención necesaria a la vida silvestre, no tardará en llegar la extinción de varias especies de la isla de Bioko, entre ellas el colobo rojo. «Es muy importante proteger estas especies de la caza

y otras amenazas. Los primates de Bioko son en gran parte endémicos de la isla e incluso los que también se encuentra en el continente son endémicos sólo en la región, lo que significa que no son muy extendidos. Si no los protegemos en Bioko, pueden perderse para siempre», concluyó Cronin.

Servimedia