Islam
Multa de 38 euros por llevar «burkini»
Francia extiende el veto a esta vestimenta y ciudades como Cannes ya han sancionado a tres mujeres por bañarse con esta prenda
Desde que a comienzos de este mes la ONG Smile 13 propusiera reservar un parque acuático próximo a la localidad francesa de Marsella para el uso exclusivo de mujeres ataviadas con «burkini» o cubiertas de forma que la mayor parte del cuerpo no mostrase su piel, la polémica respecto a si es lícito o no el uso de esta vestimenta no ha cesado en Francia. A pesar de que el evento cumplía la legalidad, la oleada de críticas hizo que finalmente no se celebrase. Sin embargo, este intento de calmar los ánimos no ha mermado el debate ni apaciguado la controversia existente. La diversidad de opiniones respecto al uso del «burkini» y sus implicaciones políticas, jurídicas y administrativas, han convertido este asunto en la gran polémica del verano en el país vecino.
Tres mujeres han sido multadas en Cannes por el uso de la tan cuestionada prenda –que cubre todo el cuerpo excepto la cara y las manos–, con sanciones de 38 euros desde la entrada en vigor de la orden municipal que prohíbe su uso. La última fue una mujer tunecina de 57 años, multada el lunes por la tarde. Anteriormente habían sido sancionadas una veraneante de 29 años en la famosa playa de «La Croisette» y otra de 32 en la vecina playa de Zamenhoff, por idéntica razón. Asimismo, desde el fin de semana pasado, las autoridades municipales han advertido de las consecuencias que podrían acarrear sus actos a otras seis mujeres que se bañaban «demasiado cubiertas». Según Yves Daros, jefe de la policía local, algunas optaron por abandonar la playa tras la advertencia y otras por ponerse «un traje de baño convencional».
Las sanciones se producen después de que la semana pasada la localidad francesa anunciara un decreto contra el uso de esta vestimenta. El texto, si bien no nombra al «burkini» de forma explícita, establece que se trata de una prenda que «manifiesta de forma ostentosa una pertenencia religiosa, cuando Francia y los lugares de culto religioso son actualmente objetivo de ataques terroristas». Una medida bien acogida por la población, según apuntan las autoridades, pero criticada al mismo tiempo por varias organizaciones humanitarias. La Liga de Derechos Humanos considera que la alcaldía discrimina a mujeres que no cometen ningún delito y que la medida supone, a su juicio, una «amalgama peligrosa para la paz social». El Colectivo Contra la Islamofobia en Francia ha anunciado que recurrirá el veto al Consejo de Estado, la mayor autoridad administrativa de la que dispone el país.
Más allá de la normativa, han ido las palabras del director general de servicios del ayuntamiento de la localidad de la Costa Azul, Thierry Migoule, que en declaraciones a la televisión pública ha asegurado que «el burkini es una señal de adhesión al yihadismo» y que, además, plantea evidentes problemas higiénicos. Asimismo, el ejemplo de Cannes, dirigida por el alcalde conservador David Lisnard, ha sido adoptado por otros municipios, como la vecina localidad de Villeneuve-Loubet o la localidad de Sisco, al norte de Córcega, donde su primer edil, el socialista Ange-Pierre Vivoni, anunciaba este lunes que se sumaba al veto, tras graves enfrentamientos entre jóvenes corsos y familias de origen magrebí después de que un turista fotografiara a un grupo de mujeres con «burkini».
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