Galicia
Podemos asalta la Semana Santa
El recorte de ayudas y la retirada de apoyo institucional marcas las celebraciones de los «alcaldes del cambio». El alcalde de Ferrol organiza un recorrido obrero por la ciudad como alternativa «rebelde». El colmo populista: Kichi no presidirá las procesiones, pero acompañará a su madre detrás del Nazareno de Cádiz
Retirada de apoyo institucional, recorte de ayudas económicas, prohibición del uso de espacios públicos, programación de actividades alternativas o el rechazo de algunos alcaldes a asistir a actos religiosos marcan las celebraciones en los municipios de las «fuerzas del cambio».
La ciudad de Ferrol, histórica por haber sido capital del Departamento Marítimo del Norte y por haber sido la cuna de personajes como Pablo Iglesias o Francisco Franco, tiene en la Semana Santa su mayor tesoro. Una bendición que trasciende lo religioso y que alcanza el ámbito cultural y, sobre todo, económico de una ciudad muy castigada durante la crisis por su elevada exposición al sector naval. Ferrol es en Galicia sinónimo de Semana Santa, la única junto a la de Viveiro declarada de Bien Turístico Internacional en la región, y que, además, cumple 400 años, contra los que se ha empeñado en luchar el alcalde vigués de la ciudad, Jorge Suárez, de Ferrol en Común, una de las numerosas marcas blancas de Podemos, de muchas maneras. Una de ellas es la de potenciar actividades paralelas al margen de la Semana de Pasión, de las procesiones y de las distintas muestras de fe como la ruta de Ferrol rebelde, que recorre la historia obrera de la ciudad, sus lugares o los conflictos sindicales como si pretendiese desplazar al verdadero motor. «Está muy bien que programen actividades; cabemos todos. Pero no deberían olvidar que el verdadero motor, el que llena los hoteles y los restaurantes, es la Semana Santa. Todo lo demás no tendría éxito sin ella. Ferrol no es rebelde, es cofrade», afirma LA RAZÓN César Carreño, presidente de la Junta General de Cofradías.
«Alcaldes del cambio»
Como en Ferrol, en casi todas las ciudades que tienen gobiernos que se hacen llamar «del cambio» o hay fuerzas «del cambio» que sostienen a un gobierno socialista los problemas con la Semana Santa –y fundamentalmente con todo aquello que tenga algún vínculo con lo religioso– han sido muy recurrentes, y no sólo a la hora de contraprogramar procesiones, sino también a la hora de apoyar institucionalmente fiestas centenarias, de gran tradición y arraigo y que, además, conservan un patrimonio artístico y cultural con el que de otro modo la ciudadanía no podría disfrutar. En lugares como Santiago de Compostela (con gobierno Marca blanca de Podemos) u Oviedo (PSOE con apoyo del sucedáneo de la formación morada) se han negado ha realizar las gestiones para que la Semana Santa de ambas ciudades sea declarada de Bien Turístico Autonómico. Las consecuencias de este «ninguneo», como señalan desde algunas hermandades, es dejar de ganar visibilidad y potenciales visitas, además de las ayudas económicas que cada región establezca para las actividades que posean esa denominación. En Santiago, la moción se aprobó en el Pleno con los votos de PP y PSOE, pero el Gobierno de Compostela Aberta y su alcalde Martiño Noriega no han hecho «absolutamente nada», según explicó a este periódico Agustín Hernández, portavoz del Partido Popular en el ayuntamiento compostelano.
En Oviedo, Wenceslao López (PSOE), el tercero más votado en la ciudad, debe la alcaldía a Podemos, segunda fuerza. Intuyen las cofradías que es por ello porque está boicoteando la Semana Santa ovetense, la más importante del Principado de Asturias. El regidor emuló a San Pedro al «negar» tres veces las celebraciones que rememoran la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Y es que en las reuniones que mantuvo con la Junta de Hermandades y Cofradías de la ciudad mintió una y otra vez al prometer que no iba a haber recortes y que en todo caso se ampliarían las ayudas. Fue testigo de la negación de Wenceslao Jorge Fonseca Mendoza, representante de la Hermandad de los Estudiantes en la Junta de Cofradías. «Se ve que su primera intención no era la de atacar la Semana Santa, pero sus socios de Gobierno le están marcando la hoja de ruta. Estamos claramente ante un caso de discriminación por motivos religiosos», añade. El hermano mayor de la cofradía, Ramón de Cangas, añade: «Nadie va a hacer que nos retiremos, seguiremos adelante, profesando públicamente nuestra fe para contribuir a que el mundo conozca a Cristo en un tiempo en que algunos se empeñan en que otros no puedan conocerlo. Pero esto debemos hacerlo no sólo como hermandad, sino a título individual. Allá donde estemos debemos profesar nuestra fe, poniendo un crucifijo en nuestro despacho, llevando un escapulario en nuestro cuello, llevando unas estampas de nuestros sagrados titulares en la cartera, no callándonos ante una blasfemia...»
Los ataques se repiten
Lo único que no discriminan las autodenominadas fuerzas del cambio es el lugar, pues sea Norte, como hemos visto, o Sur, los ataques se repiten. En Madrid, uno de las plazas fuertes de Podemos, la alcaldesa ha decidido encargar la Semana Santa a Celia Mayer, su polémica responsable de Cultura, la de los famosos títeres. Al margen de su ausencia, se ha producido una ligera reducción en la partida destinada al programa cultural de esta semana grande religiosa, un programa que se presentó con poco más de dos semana de antelación. De hecho, en los canales de Turismo del consistorio madrileño no había información ni se sabía cuando iba a estar disponible a siete de marzo.
Incluso, en su atrevimiento, las fuerzas podemitas también han amenazado a la Semana Santa más reconocida en el mundo, la andaluza, que deja en las arcas de la comunidad, en sus ciudadanos, nada más y nada menos que 1.000 millones de euros. Así ha sido en Córdoba, donde el PSOE llegó el año pasado por primera vez a la alcaldía apoyados por Izquierda Unida y por Ganemos Córdoba, o Cádiz donde José María González «Kichi» da un paso hacia adelante y dos hacia atrás en su relación con la Semana Santa gaditana y con las cofradías. Lo negaron en su día, pero parece que aquellas palabras de la secretaria provincial de Podemos Sevilla sobre quitar la Semana Santa iban en serio.
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