Salud
«Probé la copa menstrual y no me gustó. Desde que lo conté las ultrafeministas no dejan de atacarme»
La bloguera Sandra Broa narra su experiencia
«Me habían hablado tan bien de la copa que decidí probarla», empieza a relatar Sandra Broa, una treintañera que narra sus experiencias vitales a través de su blog. ¿El resultado de su experimento? «No me gustó nada, me pareció una guarrada y así lo conté en mi blog», cuenta Broa. Minutos después de que lo colgara en internet empezaron a subir comentarios, algunos buenos, pero la mayoría en contra de sus opiniones. «Es uno de los post más comentados, pero hay un grupo de ultrafeministas a las que no les ha gustado mi opinión y me tachan de frígida, retrógrada, machista y anticuada. No lo entiendo».
Una amiga de Sandra siempre le había hablado maravillas de este método y, por ello, hace un par de años decidió probarlo. ¿Su conclusión? «Una guarrada, una incomodidad». Y es que, según esta bloger, no es fácil ni ponérsela: «Tienes que sujetarla muy bien», describe. Sí que confirma que, una vez colocada correctamente la copa funciona y va recogiendo toda la menstruación, pero el problema llega cuando toca quitarla –pasadas unas 12 horas–. Cuando intentó hacerlo, Sandra se dio cuenta de que se le había dado la vuelta y le costó bastante trabajo quitársela. «Algunas chicas con las que he compartido la experiencia también me han dicho que tuvieron el mismo problema y alguna tuvo que ir incluso a urgencias». Tras cada uso es importante lavarla y, claro, «en el baño de la oficina no es el lugar más adecuado, pero las chicas que comentaban su experiencia en mi blog me decían que ellas se llevaban una botella de agua y unas toallitas, que tampoco son muy ecológicas», recalca la bloguera.
Tras más de 500 comentarios en su blog «Treintay» que no la dejaban muy bien, Sandra decidió contestar con otro post porque aún sigue sorprendida «por el radicalismo de ciertas mujeres».
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