Ciencia y Tecnología
Las próximas barreras de la revolución tecnológica
Las biopsias líquidas, la fotosíntesis artificial, el desciframiento del cuerpo humano o la computación cuántica cambiarán el mundo actual
Will Smith muestra en «Yo, robot», la película ambientada en el Chicago de 2035, cómo las personas y las máquinas inteligentes convivirán en perfecta armonía. Pero el futuro es cada vez más presente. Los años pasan como si fueran días. El tiempo no corre, vuela. La revolución tecnológica ha cambiado el mundo. Y la transformación resulta irrefrenable.
Desde el «big data» hasta las conexiones 5G, que darán soporte al Internet de las Cosas en un mundo totalmente conectado. Desde la inteligencia artificial hasta la impresión 3D. Desde la realidad virtual hasta el «blockchain»... Ya hay más «bits» almacenados que estrellas en el universo. La robotización eliminará unos siete millones de puestos de trabajo en los 17 países más desarrollados antes de 2020. Diseñadores de avatares, asesores genéticos, pilotos de drones... El 75% de las profesiones del futuro aún no existen o se están creando. Pero, ¿cuáles serán las principales tecnologías que cambiarán el mundo actual?
La revista «Scientific American» y el Foro Económico Mundial elaboraron una lista de las 10 más significativas de cara a los próximos cinco años. Las biopsias líquidas constituirán un gran avance en el tratamiento del cáncer al permitir analizar tejidos inaccesibles hasta la fecha. También será posible recoger agua limpia del aire, mediante cristales porosos. El reconocimiento de imágenes por ordenador ampliará sus posibilidades de aplicación.
De igual modo, conseguir la fotosíntesis artificial; descifrar el cuerpo humano para el cuidado personalizado de la salud; el uso de sensores, robots, GPS, herramientas de mapeo, software de análisis de datos y aviones no tripulados para aumentar el rendimiento y la calidad de los cultivos; el diseño sostenible de las ciudades, que podría reducir la demanda de agua potable en un 70%; la computación cuántica; el progreso de los catalizadores asequibles para vehículos ecológicos y el desarrollo de vacunas génicas también aparecen en el listado.
El poder de los humanos
Luis Pérez-Breva, ingeniero del MIT, asegura que la percepción que la mayoría de la gente tiene de la tecnología está un poco distorsionada, al verla como algo ajeno y lejano. Además, añade, existe una confusión entre la tecnología y la codificación de nuevos avances en ciencia. Tal y como la veía William Barton Rogers, fundador del MIT, la tecnología es la aplicación o unión de ciertos elementos que, juntos, extienden el poder de los humanos sobre la naturaleza. Es decir, una definición muy amplia que incluye desde el hacha prehistórica hasta el último transistor nanoscópico.
El desarrollo tecnológico depende de la existencia de microprocesadores impensables hace décadas, de láseres, de avances químicos y bioquímicos... El presente es la realidad del pasado de la ciencia ficción y el futuro resulta, prácticamente, impredecible. Pérez-Breva augura que las personas podrán educarse desde su casa para llevar a cabo cualquier proyecto y convertirse, de paso, en productores de innovaciones y nuevas tecnologías en potencia. El ingeniero del MIT y autor de «Innovating: A Doer’s Manifesto for Starting from a Hunch, Prototyping Problems, Scaling Up, and Learning to Be Productively Wrong» vislumbra un futuro en el que la inteligencia artificial nos ayudará a resolver problemas que ahora mismo cuesta formular y a aventurarnos en el reino de lo imposible.
Entre los principales cambios que se producirán, remarca la transformación que experimentarán los actuales métodos de educación y formación. «Pronto empezaremos a dejar de ver los estudios como la elección de una profesión que hacemos cuando somos demasiado jóvenes y comenzaremos a pensar en el conocimiento como un activo que desarrollamos de forma continua en función de lo que queremos lograr en cada una de las etapas de nuestra vida».
Pérez-Breva sostiene que en el futuro los innovadores-emprendedores serán quienes se reinventen a sí mismos para resolver problemas que ahora se nos antojan como imposibles, y creen la organización y la tecnología necesarias para erradicarlos. Eso fue lo que hicieron Bill Gates, Jeff Bezos o Steve Jobs. «Y eso es algo que podemos y debemos enseñar a la gente», apostilla.
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