Ferias taurinas
Aguilar y los últimos olés del año en Madrid
El madrileño y Robleño dieron una vuelta al ruedo en tarde de un interesante encierro de Palha
El madrileño y Robleño dieron una vuelta al ruedo en tarde de un interesante encierro de Palha, en la corrida del Día de la Hispanidad, aplazada el pasado 12 de octubre por la lluvia.
Ficha. Las Ventas.
Última de la temporada. Se lidiaron toros de la ganadería de Palha. El 1º, repetidor y encastado por el derecho y orientado por el izquierdo; 2º, de buen pitón izquierdo, humilla mucho por ambos aunque por el derecho repone más; 3º, paradote y sin entrega; 4º, va y viene sin humillar y mansote; 5º, brutote y sin ritmo, más claro por el izquierdo; 6, de buen pitón izquierdo. Un tercio de entrada.
Fernando Robleño, de tabaco y oro, buena estocada (vuelta al ruedo); estocada (silencio).
Arturo Macías, de rosa y oro, buena estocada (algunos pitos); media estocada, tres descabellos, aviso (silencio).
Alberto Aguilar, de turquesa y oro, buena estocada (saludos); estocada desprendida, seis descabellos, aviso (vuelta al ruedo).
Sufrimos pronto. Incluso antes de lo pensado. De lo debido. Ahora sí que pudieron hacer el paseíllo Fernando Robleño, Arturo Macías y Alberto Aguilar. El tiempo lo permitió, después de la suspensión del Doce de Octubre y cerrábamos así la temporada, la era de Taurodelta al frente de la Monumental de Madrid. Robleño se fue a toriles, como si no costara, y allí esperó al primer toro de Palha. Sustazo. Fue en la larga cambiada, como el día anterior Juan José Padilla en Zaragoza... parecía que saldría la cosa limpia, pero le cazó por la chaquetilla el toro. Se libró de purito milagro. Sin chaquetilla y con el chaleco roto siguió en el ruedo. Tuvo miga el Palha, que pasó por varas en abundancia, como gran parte de la corrida. Por el derecho se fueron haciendo uno y otro, poco a poco. No tenía la embestida larga el Palha o eso parecía pero respondió bien cuando el madrileño le ligó los derechazos muy por abajo y limpios. Viajaba más el animal; siguió así Fernando mientras asomaba sangre de la cogida por debajo de la axila derecha. Otro mundo era al natural, raudo y a la caza el toro. Se perfiló y desde ahí cobró un estocadón al primer encuentro.
Se fue después a la enfermería, una herida de diez centímetros en el costado que no le impidió volver. Se fue y regresó en silencio, sin vender la sangre, y se enfrentó a un cuarto que manseó a placer en los primeros tercios y esperó al torero después ya en toriles. Le convenció Robleño para llevarlo al centro y ahí montó la faena a un toro que iba y venía sin entrega ni humillar. Pasaba la tarde.
Llegado de México Arturo Macías se hizo con el segundo, que bajaba lo suyo en presentación. Tuvo una cosa muy buena el toro y es que tomó el engaño siempre por abajo, sobre todo al natural por donde la arrancada era larga y profunda; repetía a derechas pero con el inconveniente de reponer y ahí se le vuelven complicadas las cosas. Un espadazo metió, pero en verdad hacía tiempo que el público se había posicionado a favor del toro, a pesar de la voluntad del mexicano que no acabó de encontrar el hilo de conexión. Menos claro y sin ese ritmo fue el quinto, con el que lo intentó el mexicano. El izquierdo el mejor pitón y los mejores muletazos de una faena que se diluyó poco a poco sin grandes alegrías.
Desafiaba al toro en mitad del ruedo Alberto Aguilar, pero el Palha, que tenía cara de sobra pero no tanto remate por atrás, no quiso, paradote, a la espera y cuando lo hacía rebrincado y sin la entrega de los anteriores. Se puso, se expuso y lo mató en la rectitud. Ojalá esa eficacia con los aceros hubiera encontrado en el sexto. Toro bueno. Pitón izquierdo sensacional. Y lo supo Alberto Aguilar y le plantó cara en el centro del ruedo, naturales con emoción, algunos con la sensación de muleta volandera, pero plenos de entrega y verdad. Muy cruzado siempre con el toro, buscando jugar la partida con lealtad, de frente, la suerte cargada de principio a fin, y luego torear. Convencido, convenció, pero la estocada no fue tan efectiva, y eso que la tarde había sido un bolazo en ese sentido, pero no fue suficiente y el descabello contaminó. Se acabó la temporada de Madrid. La Monumental venteña. Aires nuevos vendrá cuando abra sus puertas en 2017. "Simón te vamos a exigir", decía el otro día un cartel expuesto por aficionados. Cerramos plaza pues con un notable encierro de Palha y los últimos olés. Los de Alberto Aguilar. Y luego esa maldita espada.
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