
Opinión
Un sector estratégico para España
«El 2024 ha terminado con una gran noticia: la presentación de la Estrategia de la Industria Farmacéutica 2024-2028 aprobada por el Gobierno»

En este año 2024 que está terminando la industria farmacéutica ha tenido dos importantes reconocimientos en el plano institucional. Primero, en Europa, siendo reconocido como sector estratégico en el Informe Draghi y por la presidenta de la Comisión Europea. Y en España, con la presentación de la Estrategia de la Industria Farmacéutica 2024-2028, aprobada por el Gobierno. Este plan es el fruto de la colaboración mantenida desde hace casi dos años entre Farmaindustria, y otras entidades del sector, con los ministerios Sanidad, Hacienda, Industria y Turismo y Ciencia, Innovación y Universidades, y la propia Presidencia del Gobierno. Se trata sin duda de una gran noticia para nuestro sector y para toda la sociedad, que marca un nuevo rumbo por el que avanzar para mejorar la atención sanitaria y aprovechar el valor económico y social que nuestra industria puede aportar.
El texto pone el foco en tres puntos fundamentales para la salud y bienestar de los pacientes a través del desarrollo de un ecosistema de investigación e industrial que genere fármacos innovadores para tratar enfermedades. Necesitamos consolidar el liderazgo de España en I+D biomédica, reforzar el tejido productivo y autonomía estratégica de nuestro sector y asegurar el acceso a los nuevos medicamentos. En cuanto a la innovación, la industria farmacéutica ha mantenido en España un crecimiento sostenido de sus inversiones en I+D del 5,7% en la última década, con cerca de 1.400 millones de euros en 2022. Esta cifra supone el 20% de toda la I+D industrial que se hace en el país e incluye más de 830 millones dedicados a ensayos clínicos, con los que España se ha convertido en un líder internacional en este campo.
Tenemos que aprovechar que España se ha situado como el primer país de Europa en número de participaciones en ensayos clínicos de nuevos medicamentos. Nuestro país es también para muchas compañías farmacéuticas el segundo país del mundo en actividad en ensayos clínicos, sólo por detrás de EE UU. Con estas bases, tenemos la oportunidad única de convertir a nuestro país en un referente mundial en innovación biomédica, incluyendo investigación básica, preclínica, traslacional y clínica.
En el ámbito de la producción, nuestro país se ha situado también como uno de los países europeos con mayor potencial de fabricación en un momento en el que los medicamentos han demostrado ser un bien estratégico y de seguridad para los países. Actualmente existen 174 plantas de producción de medicamentos, en 13 comunidades autónomas, de las cuales 106 están dedicadas a medicamentos de uso humano. La producción de medicamentos ha aumentado un 40% en los últimos tres años, hasta los 23.000 millones de euros, lo que representa casi el 30% de la producción de bienes de alta tecnología en España. Estas cifras muestran una senda que nos puede permitir seguir avanzando y convertirnos en un auténtico «hub» de producción a nivel internacional, gracias a una buena combinación entre la calidad de la producción, los costes y la flexibilidad.
"La producción de medicamentos ha aumentado un 40%"
Por último, la Estrategia pone también énfasis en una prioridad de la industria farmacéutica innovadora: mejorar los tiempos en el acceso y disponibilidad, para que los pacientes tengan a su alcance y en el menor tiempo el mejor de los tratamientos innovadores posible. Debemos conseguir entre todos que la innovación llegue a los pacientes lo antes posible, de manera justa, equitativa y con reconocimiento al valor del medicamento y asegurando la sostenibilidad del sistema sanitario.
En este sentido, hay que recordar que los medicamentos como el conjunto de la sanidad son una inversión, no un gasto. De media en España cada dos euros que se invierten en ellos generan ahorros de un euro, sin contar las mejoras en productividad de una población en mejor salud. La inversión pública en medicamentos lleva dos décadas alrededor del 1,6% del PIB y ha incluso disminuido con respecto al gasto público total.
La Estrategia llega en un momento decisivo para el sector que debemos aprovechar, ya que coincide con el despliegue de la Estrategia Farmacéutica Europea y la reciente publicación del Informe Draghi, que cita expresamente al sector farmacéutico por su contribución significativa a la economía de la UE y su importancia geoestratégica. En esta industria tan altamente regulada, nuestro éxito como sector estratégico va a depender en gran medida de que las iniciativas legislativas y normativas a nivel europeo y nacional nos ayuden a atajar los retos que tenemos en el campo del acceso a la innovación, la I+D y la producción y la competitividad frente a otras regiones del mundo.
Nuestra intención desde Farmaindustria es seguir trabajando con el Gobierno en el desarrollo de esta Estrategia con el propósito común de que se traduzca en una mejora real de la salud y el bienestar de las personas. El próximo reto es asegurarnos que la futura reforma de la ley del medicamento se ciña lo máximo posible al entendimiento que alcanzamos en la preparación de la Estrategia. Los objetivos de la Estrategia son claros. Seguiremos trabajando para lograr que nuestro sector sea un referente mundial en innovación y producción biomédica y un pilar estratégico en nuestro país por el bien de los pacientes y de toda la sociedad.
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